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¿Por qué el feminismo puede convertirse en un movimiento histórico de liberación?

  1. La resistencia feminista tiene un historia casi milenaria. Ha existido en forma de guerreras al frente de ejércitos de esclavos, de aquelarres medievales que agrupaban mujeres pobres con necesidades comunes, de trabajadoras huelguistas de las primeras industrias textiles, de combatientes por la independencia de sus pueblos, de luchadoras por el derecho al sufragio universal efectivo. La perseverancia de esta lucha que trasciende las eras históricas y que ha dejado a su paso heridas que siguen sangrando, ha permitido transformaciones radicales en ciertos aspectos de nuestro presente. 
  2. La lucha feminista, en su expresión más cabal, es la lucha contra una de las caras más antigua y feroz de la dominación. El patriarcado es la expresión cultural (entendida como el modo de reproducción de la vida cotidiana) sobre la cual se sostiene la explotación capitalista hoy. Derribarlo implica entonces acabar de raíz con todas las dominaciones. 
  3. El feminismo plantea la construcción de una sociedad diferente, en términos económicos, políticos, personales y culturales. No es una sociedad en la que dominen unxs sobre otrxs, ni en la que la libertad individual se imponga por sobre la libertad de todxs. Es una sociedad colectivamente libre, socialmente justa y diversamente igualitaria. 
  4. No es el odio el motor de la lucha feminista ni el cimiento sobre el que se construirá esa sociedad liberada. El feminismo está sostenido sobre una sincera esperanza en la humanidad y su futuro. Como toda genuina y verdadera revolución está guiada por profundos sentimientos de amor. 
  5. El feminismo ha demostrado ser un polo de confluencia, de aglutinamiento de distintas demandas. Ha generado simpatía, ha construido orgullo, ha defendido la colectividad. Su potencia no radica en la vanidad, ni en la defensa del placer exclusivamente individual, sino en la defensa del derecho universal a la igualdad y a la efectiva posibilidad de decidir nuestro destino. 
  6. Históricamente el feminismo ha irrumpido en la escena política a través de la movilización callejera. El hacerse presente y tomar un espacio que no le pertenece según los márgenes del patriarcado, ha sido su principal arma de lucha. 
  7. El feminismo que se acomode, que se encierre en sí mismo, que promueva el egoísmo, que abandone la calle, los pueblos, las colonias, los márgenes, que le convenga a la sociedad de consumo y se beneficie de las prebendas dominantes, es un feminismo que ha perdido su esencia rebelde. Revivir su carácter profundamente transformador, incómodo para los sentidos hegemónicos e identificado con las causas populares es la tarea de quienes hacemos del feminismo nuestra bandera de lucha. 
  8. Las múltiples formas de violencia que sufrimos las mujeres y las disidencias, sólo por el hecho de ser quienes somos, es una de las expresiones más crueles e injustas de la explotación. La dominación física, pero también la psicológica y cotidiana, ha moldeado una sociedad acostumbrada al silencio, la vergüenza, el maltrato, la subestimación y hasta la represión del deseo femenino. 
  9. Todo esto sumado al contexto de violencia estatal y para-militar que sufrimos en México, construye un escenario que exacerba aquellas consecuencias, y por ende radicaliza la lucha de quienes nos oponemos vorazmente a esta situación. Sin embargo, la radicalización de la lucha no necesariamente es sinónimo de violencia improvisada. 
  10. A lo largo de la historia los feminismos han optado por distintos caminos para hacer oír sus reclamos. Lo que las hizo históricas en aquellos momentos tuvo que ver con dos elementos fundamentales: convertirse en un reclamo popular, que sensibilice y movilice a un amplio sector de la sociedad; y la unidad del movimiento a través de un horizonte político común. Esto no quería decir que compartieran la misma ideología o la adscripción a una u otra organización política o social, sino que contaran con un proyecto colectivo que fuese más allá de las aspiraciones individuales de cada una. Esa sigue siendo la tarea para cualquier movimiento que busque una transformación verdaderamente radical de nuestra sociedad.  

1 comentario en «¿Por qué el feminismo puede convertirse en un movimiento histórico de liberación?»

  1. Espero de todo corazón, se cumpla la palabra de los directivos en bienestar de toda la población estudiantil , que cumplan con lo nombrado en el pliego petitorio., y así puedan continuar con su educación todas, todos y todes., que no sea en vano el tiempo, el esfuerzo, desgaste físico y mental de todos aquellos que estuvieron en apoyo del paro., soy una persona preocupada por su futuro.

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