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Hacemos feminismo desde diferentes luchas sociales

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Entrevista a Yoltzi, integrante de colectivos de familiares en búsqueda

Hace dos semanas se dio inicio a la Primera Brigada Internacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas, a lo largo del territorio de los estados de Sonora y Baja California. Las incursiones se centraron en los municipios de Hermosillo, Nogales, Puerto Peñasco, Sonoyta, San Luis Río Colorado, Mexicali y Tijuana, con el objetivo de encontrar a migrantes en tránsito y a las más de 100 mil personas desaparecidas que tenemos en México desde la llamada “guerra contra el narco”, estrategia de neo colonización que se encarnó en los sectores populares y marginados de la población. 

Yoltzi Martínez Corrales, del Colectivo “Raúl Trujillo Herrera”, busca a su hermana Yatzil, desaparecida en abril de 2010 en Acapulco, Guerrero. Es a partir de su búsqueda y de su participación en estas brigadas y en las luchas sociales, que se ha encontrado con otras mujeres,  construyendo su propia lectura y vivencia del feminismo aplicado a la búsqueda de personas desaparecidas. Aquí su voz: 

En mi lucha, que es la desaparición, yo me di cuenta cuando empiezo a participar en las búsqueda de personas desaparecidas que si bien las leyes enmarcan una perspectiva de género, no la están implementando. No es lo mismo buscar a mujeres, que buscar en lo general. Cuando nosotras llegamos a una búsqueda en fosas, estamos recuperando cuerpos de hombres, pero no a nuestras mujeres. A las mujeres las recuperamos en situaciones de trata, en situaciones de otros tipos de violencia. Entonces te das cuenta que no las desaparecen con el fin de ocultar un cuerpo, sino con la finalidad de comercializar, de  sacar provecho y utilidad de sus cuerpos.

Yo antes estaba en contra del feminismo y llegué a decir que esas mujeres no me representan, porque tenemos esa idea que nos han vendido los medios de comunicación, que las feministas son esas mujeres que rompen, que queman. Fue hasta que caí en el movimiento que empecé a comprender, dentro de la situación en que estoy desde la desaparición de mi hermana, que un monumento es fierro, es bronce, es cemento. Mi hermana es una vida, y a mi hermana le cortan sus derechos cuando las instituciones encargadas de buscar no quieren implementar recursos canalizados a las búsquedas, y sobre todo hacer búsquedas con una verdadera perspectiva de género. Entonces me doy cuenta que la puerta, la estatua, la calle, las paredes, se vuelven a pintar, se vuelven a resanar, pero  de mi hermana nadie me ha podido entregar una noticia, algo que me lleve a dar con su paradero después de 12 años de búsqueda.

Fue a partir de mi situación que empiezo a darme cuenta que en Guerrero,  hay muchas mujeres desaparecidas y ahora con la pandemia incrementó. Entonces, desde mi lucha, el feminismo se vive en  crear otras formas de acceder a las búsquedas, pues he visto como se transgreden los derechos de mujeres que estamos buscando a mujeres, pues nosotras necesitamos otro tipo de cuestionamiento, otro tipo de atención.

Puede pensarse que nosotras, las buscadoras, no implementamos feminismo o no tenemos una lucha feminista pero si la tenemos: introducir a la búsqueda el análisis de  género debe ser parte de la lucha feminista. A  nuestras desaparecidas las tenemos que buscar como mujeres.  Dentro de una búsqueda en vida, estamos buscando en reclusorios, psiquiátricos… y cuando decimos “necesitamos ir a las zonas de tolerancia, donde hay mujeres en situación de trata” nos dicen las autoridades que la orden nada más está para el reclusorio o para tal. Entonces  la seguridad que me protege a mí como buscadora solamente abarca lo que dijo la diligencia, y así nos vuelven a quitar el derecho a buscar, dejándonos totalmente vulnerables y desprotegidas porque igual nosotras claro que lo hacemos, nosotras lo conocemos como brigadas nocturnas en las que salimos a las calles a buscar.

Cuando hemos recuperado a las mujeres en condiciones de trata, no se acaba el hecho victimizante con haberlas encontrado pues deben llevar un proceso de sanación.  No se recuperan de la noche a la mañana:  es seguir luchando por sus derechos, por la rehabilitación, por lograr que estas mujeres regresen -no al entorno que tenían porque ese entorno les falló, le falló la sociedad y el Estado Mexicano en otorgarles seguridad- pero sí regresarlas a tener estas nuevas esperanzas de vida, por recomenzar con todo y lo que ya vivieron. Nos damos cuenta que esta es otra forma de aplicar el feminismo, el feminismo no es solo marchar,  es el andar diario.

Para mí hacemos una lucha feminista dentro de la busqueda de persona desaparecidas. Mientras la autoridades sigan negándonos entrar a la zonas de tolerancia, sigan negándonos el acompañamiento, la vigilancia para nosotras que estamos en la búsqueda de mujeres al salir a las calles en estas brigadas nocturnas, están dejando al lado lo que es la verdadera perspectiva de género.

También es importante entender las dinámicas de cada lucha. Nosotras que tenemos esta parte de buscar a personas desaparecidas, no nos podemos arraigar con algunas colectivas y mantenernos ahí, nuestra lucha es buscar. Y en las búsquedas algo que resalta es que somos principalmente mujeres, somos las que no olvidamos, las que estamos constantes y las que a pesar del tiempo nunca vamos a olvidar a alguien que nos falta en nuestra familia. E incluso estas compañeras que ya encontraron a sus hijos, a sus tesoros, a sus familiares, siguen con nosotras por amor a nosotras, porque nos hemos prometido que ninguna va a parar hasta que regresen todos y todas a casa.

Feministas de diferentes movimientos nos han cobijado y nos han apoyado en distintos momentos, por ejemplo ahora la toma de la glorieta, que le llamamos “la glorieta de las mujeres que luchan”, hemos estado presentes acompañando, pero nosotras nunca podemos estar estables. Algo que nos ha pasado es que ni siquiera en nuestra propia casa hemos podido mantenernos, porque la necesidad que tenemos por buscarles y encontrarles, este dolor, esta angustia, la desesperación, esta sensación de que no cabemos en nuestro propio cuerpo, nos hace estar constantemente en búsqueda, y por tanto de repente nos alejamos un poco o un mucho de las colectivas pero sabemos que pese al tiempo y las diferencias, pese a tener a veces ideologías un poco distintas, vamos a estar apoyándonos en nuestras luchas.

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