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Artículos

#3 – La Revolución del Sur y la reorganización del Estado de Morelos (1915-1917)

  • por

Francisco Pineda Gómez (ENAH)

Los pueblos de Morelos en las luchas de refundación

UAEM, Cuautla, Morelos, 24 de mayo de 2016.

 

Introducción

Tlaltizapán. Mor., 17 de marzo de 1917.

 

“Emiliano Zapata, Jefe Supremo de la Revolución de la República, a los habitantes del Estado de Morelos hago saber”…

Y como principio número uno de la Ley General Administrativa para el Estado de Morelos, Zapata señaló:

“Uno de los grandes anhelos de la revolución es el gobierno del pueblo por el pueblo”.

Este principio condensa un aspecto fundamental de la experiencia zapatista, en las enormes y difíciles tareas revolucionarias para reorganizar el Estado de Morelos.

 

El gobierno del pueblo por el pueblo significaba invertir, radicalmente, la pirámide de la estructura de poder existente. Es decir, para Zapata, las decisiones fundamentales de la vida económica, social y política radican en el pueblo, no en los privilegiados ni en los funcionarios públicos.

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#3 – De fantasma indomables y rebeldes con historia. Notas sobre el Centenario del asesinato de Emiliano Zapata

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A comienzo de 2019 en el Municipio de Villa de Ayala, el nuevo gobierno nacional declaraba a éste como el “Año del Caudillo del Sur”. Hacía pocos meses, se había creado la Comisión por la Memoria Histórica y Cultural, que depende exclusivamente de la Presidencia de la Nación, y está dirigida por Beatriz Gutierrez Müller, dejando en claro el peso que el pasado histórico tiene en la construcción oficial del discurso para el actual gobierno.

En aquel acto, el titular de dicha coordinación -Eduardo Villegas- afirmaba que Zapata representaba la lucha por un “nuevo orden social como lo estamos intentando hacer quienes formamos parte de la Cuarta Transformación” y Andrés Manuel López Obrador dedicó sus palabras a narrar el inicio del levantamiento campesino (“contra los abusos de los hacendados y por la defensa de sus tierras”) y el origen de Emiliano Zapata como dirigente del mismo, describiéndolo como tímido y de pocas palabras. En aquel relato identificó la lucha de Zapata con Francisco I. Madero, el “gobernante bueno con buenas intenciones” resaltando que el error fue no haber podido consolidar dicha alianza en el futuro. También aprovechó para anunciar los nuevos programas económicos para el campo y los jóvenes, y debió finalizar su discurso haciendo alusión a lo que minutos antes miembros de la familia Zapata y otros espectadores del acto habían denunciado: la suspensión de la Termoeléctrica de Huexca que en tiempos de campaña electoral López Obrador había prometido.

Desde entonces la distancia comenzó a trazarse. La respuesta del presidente fue ambigua, pero claramente iba marcando un camino: “tengo que meditar la suspensión porque el dinero invertido es de todos, y en caso de continuarse con dicha instalación los pobladores de Ayala estarán exentos del pago de luz”. Ya se veían los gestos de descontento del público presente, aunque era difícil adivinar el devenir de todo el proceso.

Lo que estaba claro era que, una vez más, la imagen de Zapata[1] sería vestida para la ocasión, y el Estado reconstruiría su propia analogía con el presente, logrando la identificación necesaria para el consenso dominante. Lo que la memoria popular pudiese responder a dicho relato, aún estaba por verse.

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Rosa Luxemburgo, a 100 años de su muerte

La única ambición grande y pura de esta mujer sin par, la obra de toda su vida, fue la de preparar la revolución que había de dejar el paso franco al socialismo

Rosa puso al servicio del socialismo todo lo que era, todo lo que valía, su persona y su vida. La ofrenda de su vida, a la idea, no la hizo tan sólo el día de su muerte…Por esto podía legítimamente exigir también de los demás que lo entregaran todo, su vida incluso, en aras del socialismo. Rosa Luxemburgo simboliza la espada y la llama de la revolución, y su nombre quedará grabado en los siglos como el de una de las más grandiosas e insignes figuras del socialismo internacional.”

Clara Zetkin

Rosa nació en Polonia el 5 de marzo de 1871, el mismo año de la Comuna de París, y murió asesinada en Alemania a los 47 años, en enero de 1919. Su vida estuvo marcada por el amor a la humanidad, por la necesidad de acabar con el sufrimiento de los pobres y oprimidos. Este gran amor a la humanidad la llevó a asumir la vida como una constante lucha por construir el socialismo en la Europa de principios del siglo XX, en un momento marcado por la gran revolución Rusa de 1905 y después por el intento de los bolcheviques de construir el socialismo en 1917, pero al mismo tiempo por la feroz matanza provocada por la guerra imperialista llamada primer Guerra mundial.

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#1 – El pensamiento del Che y los desafíos de hoy

  • por

Fernando Martínez Heredia

Enesto Che Guevara ha tenido una posteridad difícil, como suele ser el destino de los grandes transformadores de la sociedad y del pensamiento social. Ellos logran volverse tan autónomos respecto a la reproducción usual de la vida material e ideal que son capaces de ejercer una acción revolucionaria que desnuda y condena lo que parecía normal o inevitable, que exige o crea nuevas realidades, que hace nuevas preguntas y formula nuevos proyectos. Hasta cierto punto coinciden con las necesidades sociales, pero su grandeza personal reside en que, además de expresar esas necesidades, en buena medida son capaces, al satisfacerlas, de abrir nuevos caminos y plantear nuevas necesidades, desafíos y metas. Sobre tantas cualidades se levanta su conducción, su fascinación y su influencia duraderas.

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#1 – Cambiar el mundo, tomar el poder

Comité editorial

De nada sirve pensar y hacer una teoría del Estado y del poder por el hecho mismo del conocimiento teórico. Es indispensable hacerlo, en otro sentido, a la luz de la lucha que emprendemos, de nuestros horizontes y de las formas que adquieren la dominación y la manera en la que resistimos cotidiana e históricamente a ella. Eso nos lleva a preguntarnos: ¿Qué potencialidades tiene luchar hoy en día desde un sindicato? por ejemplo, ¿Por qué los movimientos populares en general han abandonado la idea de “tomar el poder”, como si aquello implicara una inevitable corrupción de sus principios? Y ¿por qué otros sólo se plantean ganar elecciones como única posibilidad de transformación?.

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#1 – La revolución contra El Capital

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Antonio Gramsci

La Revolución de los bolcheviques [La Revolución de octubre de 1917] se ha insertado definitivamente en la Revolución general del pueblo ruso. Los maximalistas,1 que hasta hace dos meses habían sido el fermento necesario para que los acontecimientos no se estancaran, para que no se detuviera la marcha hacia el futuro produciendo una forma definitiva de reajuste –reajuste que habría sido burgués–, se han hecho dueños del poder, han asentado su dictadura y están elaborando las formas socialistas en las que tendrá que acomodarse, por último, la Revolución para seguir desarrollándose armoniosamente, sin choques demasiado violentos, partiendo de las grandes conquistas ya conseguidas.

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#1 – Más vale poco y bueno

V. I. Lenin

Por lo que se refiere al mejoramiento de nuestro aparato estatal, la Inspección Obrera y Campesina, a mi entender, no debe afanarse por la cantidad ni apresurarse. Hemos tenido hasta ahora tan poco tiempo para reflexionar y ocuparnos de la calidad de nuestro aparato estatal, que sería legítimo cuidar de que su preparación fuese especialmente seria, preocuparnos de concentrar en la Inspección Obrera y Campesina un material humano de una calidad realmente moderna […] Nosotros, involuntariamente estamos inclinados a dejarnos influir por esta desconfianza y escepticismo frente a aquellos que excesiva y ligeramente hablan sin ton ni son, por ejemplo, de la «cultura proletaria»: para empezar nos bastaría una verdadera cultura burguesa, para empezar nos bastaría saber prescindir de los tipos más caracterizados de cultura preburguesa, es decir, de una cultura burocrática, feudal, etc. En los problemas de cultura lo más perjudicial es la prisa y el querer abarcarlo todo. Muchos de nuestros jóvenes literatos y comunistas deberían grabar esto en su memoria.

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