Rosa Luxemburgo, a 100 años de su muerte
La única ambición grande y pura de esta mujer sin par, la obra de toda su vida, fue la de preparar la revolución que había de dejar el paso franco al socialismo
Rosa puso al servicio del socialismo todo lo que era, todo lo que valía, su persona y su vida. La ofrenda de su vida, a la idea, no la hizo tan sólo el día de su muerte…Por esto podía legítimamente exigir también de los demás que lo entregaran todo, su vida incluso, en aras del socialismo. Rosa Luxemburgo simboliza la espada y la llama de la revolución, y su nombre quedará grabado en los siglos como el de una de las más grandiosas e insignes figuras del socialismo internacional.”
Clara Zetkin
Rosa nació en Polonia el 5 de marzo de 1871, el mismo año de la Comuna de París, y murió asesinada en Alemania a los 47 años, en enero de 1919. Su vida estuvo marcada por el amor a la humanidad, por la necesidad de acabar con el sufrimiento de los pobres y oprimidos. Este gran amor a la humanidad la llevó a asumir la vida como una constante lucha por construir el socialismo en la Europa de principios del siglo XX, en un momento marcado por la gran revolución Rusa de 1905 y después por el intento de los bolcheviques de construir el socialismo en 1917, pero al mismo tiempo por la feroz matanza provocada por la guerra imperialista llamada primer Guerra mundial.